Tés azules

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Tés Azules, o té Oolong

No, los tés azules, no dan una infusión de color azul. Si bien su color no es lo que sorprende, si lo hace su sabor poderoso, sofisticado, muy aromático y rico en matices.

Al té oolong se le denomina té azul por contraste entre el té negro y el te verde. De él obtenemos una infusión de color pajizo tostado, en la que, con ilusión, quizás podamos encontrar algún matiz azulado.

Origen de los tés azules

Lo que si es cierto es que estamos ante el té de origen chino más complejo. En él se suman las características de un té verde junto a un grado de oxidación propio de la familia de los tés negros. En resumen, podemos disfrutar de unas ingenuas notas vegetales junto al carácter que aporta la oxidación, y eso nos encanta.

«Mejor estar tres días sin sal que uno solo sin té», este proverbio chino nos da idea de la importancia del té en su cultura. Si quisiéramos hacer un retrato que refleje esta esencia, deberían aparecer estos siete elementos: leña, arroz, vinagre, salsa de soja, aceite, sal y como no, té. Y entre los tipos de té, sin duda, un té oolong, por ser la variedad originaria que nos ha regalado este pueblo. Sabido es que los tés azules, o tés oolong, empezaron a producirse a principios del s.XVII, junto a la instauración de la última dinastía china: el Imperio del gran Qing, o dinastía Qing.

Producción del té azul

En cuanto a su producción, una característica es que su cosecha se centra en las grandes hojas de la planta ricas en aceites aromáticos. Su cultivo procede de plantaciones que se dan en suelos rocosos, en las que encontramos plantas que pueden llegar a producir durante 50 años.

Una vez recolectadas las hojas, se someten a un ligero prensado para posteriormente dejar secar la humedad que contienen. Así se provoca una oxidación controlada que en ningún caso llega a ser tan extrema como en los tés negros. El secado se realizará bajo la supervisión de un maestro artesano que a su criterio decide la finalización del proceso en base al aspecto, tacto y olor de las hojas.

Cómo preparar un té azul oolong en su punto.

El primer secreto para preparar un buen té oolong es la materia prima. Es imprescindible contar con un buen agua y un té natural y fresco -entendiendo por fresco que esté bien conservado-. Aquí puedes encontrar una selección de las mejores variedades de té azul de las que te garantizamos su pureza y calidad. Destacar el clásico Té Oolong, o el apreciado Té Oolong Formosa originario de las montañas de Taiwan.

Para su elaboración empezamos calentando muy bien una tetera. Vertemos agua hirviendo, removemos hasta que el recipiente nos queme y vaciamos. Ahora sí, añadimos el agua de la infusión que deberá estar a unos 90 / 95º y añadimos una cuchara de té por cada taza en un filtro -1,5 gramos de té por cada 200 cl de agua-.

Dejamos reposar por 3 o 4 minutos, y como siempre, las primeras veces probamos para ajustar al gusto el tiempo de infusión. Cuidaremos de no prolongar por más de 5 minutos para no amargar. Recordar que un buen té deberá quedar aromático, intenso de sabor -para el caso de un buen té oolong- pero nunca amargo en exceso.

El té oolong admite un poco de azúcar, unas gotas de limón o una pizca de canela para alegrar la infusión sin maltratarla, aunque el ideal para cualquier entusiasta del té será tomarlo solo para evitar distraerse de su esencia.

Para finalizar, como guinda del pastel decir que el té oolong tienen una excelente reputación como bebida saludable llena de propiedades que nos ayudarán a mantener un cuerpo sano. Y damos fe, el solo hecho de disfrutar de una buena taza de té oolong, ya nos reconforta.

Esperamos que lo disfrutes.